Cuando acuesto a mi niño
mecen su cuna
aromas de romero
y de aceitunas.
Cantan los grillos
y la luna se rompe
en los olivos.
Duerme, mi vida, duerme,
feliz, sin miedo,
que está velando un ángel
sobre tus sueños,
tú, ni te muevas,
que la noche se asusta
si te despiertas.
Pura López
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